Los Daft Punks que se quedaron por el camino;
- Llegue Yo Pss
- 18 sept 2015
- 2 Min. de lectura
En la película Eden, de Mia Hansen-Løve, el puerta de una discoteca parisina impide el acceso al local a Guy-Manuel de Homem-Christo y Thomas Bangalter. Son Daft Punk, aunque a cara descubierta nadie les reconoce. La cinta, que llega este viernes a las salas españolas, regresa a los 90 para mostrar las claves del French touch, la época dorada de la música electrónica francesa. Pero la directora pasa de mitificar recuerdos y reconstruye sus propias memorias desde la melancolía en vez de la nostalgia. El género musical que encumbró a Air o Mr. Oizo aparece como escenario vital para una historia que es en realidad la biográfica parcial de Sven, el hermano de Hansen-Løve, quien ha aportado su experiencia personal como coautor del guion. Su alter ego, Paul Vallé, es un Dj que acerca los sonidos electrónicos a la escena musical de la capital francesa. Tras su éxito inicial, queda atrapado durante décadas en un limbo de insatisfacción, con la energía y el buen rollo a ritmo de música dance sonando de fondo. Esta es la historia del French touch desde el punto de vista de todos aquellos que no fueron Daft Punk.
Desde fuera, es fácil pensar lo interesantes que fueron los días del French touch. Seguimos sintiendo euforia con sus melodías.
Antes del French touch no existía música moderna que fuera deseada por el resto del planeta. Sin duda actualizó la idea externa de lo que es el glamour francés. Pero existen toneladas de casos como el de mi hermano. Hubo mucha más gente a la sombra de Daft Punk que a la altura de Daft Punk. La forma de comportarse como DJs de esta gente era distinta a la del resto; en ellos había algo de idealismo y sentimientosnaive. Por eso creo que hablar de ellos en esta película sirve para hablar de toda mi generación.
¿Qué paso cuando la palabra Dj entró en vuestra casa?
Eran los primeros años de los 90. Mi hermano dijo que quería ser uno y mis padres ni siquiera entendían lo que estaba diciendo. En esa época era sinónimo de drogas y pobreza. Cuando empezaron a leer en los periódicos que era una profesión de gente enrollada, mi madre se quedó más tranquila, como le pasó muchas otras madres.

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